El agua es un elemento esencial en el desarrollo sostenible. Los recursos hídricos y los servicios que prestan juegan un papel fundamental en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y el medio ambiente.